Déjà vu 

Maracaibo, Venezuela. Un día común pero no de fecha cualquiera.

Me levanté esta mañana y me serví un café con leche, me quedó un par de panes dulces de la noche anterior. Y entre mojar el pan con el café, leo los titulares del diario "El Nacional" la primera noticia que logro divisar comenta que el gigante de Internet Google, inaugura otra sede en el occidente del país, y anuncia el reclutamiento de otros 2.000 ingenieros venezolanos dispuestos a seguir contribuyendo en avances en desarrollo y calidad de vida a nivel mundial, además Microsoft Venezuela consigue crear un ordenador con materiales reciclados con sorprendente potencia y a precios accesibles y en 400 escuelas públicas del país ya están instalando estos super equipos denominados TSimon.

Se lee en la página de deportes que la Vinotinto gana su tercer partido y se clasifica a la siguiente fase del mundial. Y están con muy buenas proyecciones para avanzar a cuartos de final, sin goles en contra, la fanaticada está orgullosa de la selección por clasificar primeros de grupo, y es una fiesta nacional. El capitán del equipo dedicó las victorias a la constancia y dedicación de todos, "además tenemos el peso de un país en nuestras espaldas, son los millones de venezolanos los que nos inspiran, nunca es tarde para soñar". Terminó relatando el brillante jugador y goleador del equipo.

En otra sección, 12 médicos venezolanos premiados en Harvard, por lograr grandes avances en encontrar la cura contra el cáncer, creando células artificiales que sustituyen las cancerígenas posibilitando en un 80% de éxito en aquellos pacientes que padecen de esta terrible enfermedad y lo más asombroso es que son tratamientos increíblemente económicos, y no sólo eso, por tal importantes avances más de 2.600 empresas del sector privado del país se han ofrecido voluntariamente a hacer donaciones para comenzar a tratar a unos 4.000 pacientes mediante la Fundación Niños con Cáncer.

En la sección de arte y espectáculos, escritor venezolano consigue el abrazo de la inmortalidad por el libro titulado "Hecho Realidad", además de ganar el premio Nobel de Literatura por tan prestigiosa obra maestra que narra la vida Marcel, el joven que caminó miles de kilómetros huyendo de la terrible dictadura de su país, y que pese a toda complicaciones logró ser el principal promotor de la libertad de su tierra natal, a sido el libro más vendido este año y traducido a 12 idiomas en todo el mundo.

Además, el documental de la vida del Tío Simón, es galardonado como el mejor del año en el festival de Venecia, inspirando a 6 países entre los cuales destacan Alemania y Croacia enviando a sus prodigios para aprender nuestra cultura y música apoyándose como Alma Mater en la Escuela de Cultura y Arte Nacional del país.

En primera plana, leo con asombro y en letras grandes uno de los mejores titulares "Se cumplen 6 años de que cayó la terrible dictadura que sometía al país". Urgando en mi memoria, recordé que a los pocos meses de aquel suceso comenzaron a llegar mas de 1.500.000 venezolanos exiliados, que relataron estar felices de regresar a la reconstrucción de Venezuela, muchos manifestaron traer costumbres y tradiciones de países en donde estuvieron para enriquecer nuestra cultura, sin dejar atrás el apego a las leyes que mantuvieron en el exilio. Todos los aeropuertos de aquel día estaban totalmente abarrotados, no había capacidad para tantas personas, los reencuentros de familias fueron tan conmovedores, que en aquellas escenas eran marcadas por afecto, se veía en el panorama de algún observador destellos de luz por todo el lugar, estaba todo iluminado, aquello tan impresionante eran los rayos del sol atravesando las lágrimas de todo aquel que llegaba y recibia a sus seres queridos, jóvenes que se arrodillaron en un llanto para abrazar a sus padres, no había lugar para la tristeza, Venezuela recibía a sus hijos con la esperanza de un comienzo de amor, de fe, de que todo nuevamente podía ser posible.

Termino leyendo el testimonio de un joven que comentó: "Vuelvo a Venezuela porque llegó el momento de materializar la idea que me hice del país estando en el extranjero, creando humanismo mediante el teatro que es una de mis paciones, creando valores con alcance en las zonas más humildes, en este proyecto están todos invitados, bienvenido el que quiera aportar para que un joven sustituya un arma por una guitarra por ejemplo"

Terminé mi desayuno y salí a mi trabajo, agradeciendo a Dios de haber nacido en el mejor país del mundo.

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