Gracias totales

Cuando estamos en el exilio, bajo las condiciones que llegamos los venezolanos, definitivamente, te hace mas humano y te hace bajar de aquella nube en la que vivías, la vida como la conocemos cambió drasticamente. Aprendemos a aceptar a dejar ir, entre otras cosas deseamos y siempre lo mas importante queriendo volver a la tierra que te vio nacer. Tener éxito en tu pais y apoyar a tu familia es lo que cada uno de nosotros queremos, aunque esto sea trabajo duro, como en cualquier parte del mundo, simplemente lo preferimos sufrir y disfrutar en nuestro país.

Cuando emigras, creces. Aprendes emocionalmente muchas razones por las que tienes que vivir, y entiendes la necesidad  a desapegarse emocionalmente de tus bienes materiales, de tu familia, de los amores que te acompañaron, de tus olores, pero jamas de tus raíces, no podemos dejar a un lado de donde somos, de donde venimos y hacia donde vamos. Nuestra identidad puede transformarse pero no cambiar. Cuando decidimos salir del país, buscamos dos cosas, la primera bienestar para nuestra familia adentro, y si el país desgraciadamente sigue en decadencia, sacarlos. Y la otra un bienestar propio, independizarnos económicamente, estabilidad laboral y emocional si se quiere.
Si alguno de estos aspectos te comienza a fallar, comenzamos a entrar en depresión. Porque déjeme decirle a usted, estimado lector. Posiblemente lloramos más en el exilio en el poco tiempo que podamos tener, por aquellas emociones encontradas que desde nuestro nacimiento hasta el día de partir, y esta razón es muy sencilla, porque en nuestro país de origen eramos felices. Pero mi consejo para esto, es que toques fondo y rebotes tan alto como puedas. Y aunque esto se dice fácil, hoy lo veo de esta manera, pero lo aprendí a la fuerza, pasando por procesos dolorosos que me llevaron arraigarme en la soledad de una habitación oscura como un ermitaño, y por esta razón, perdí mucho mas de lo que gané. Hoy lo entiendo de una manera diferente, la vida y personas a mi alrededor que aunque algunas ya no estén, me lo hicieron ver, quizá su camino en la vida sería educarme en esto y seguir. Por lo que esta entrada se la dedico a ellos, y estoy muy agradecido. Hoy querido lector, me siento motivado en luchar por la recuperación de mi país, por el bienestar de mi familia, por mi bienestar propio, porque entendí que si yo estoy bien, de alguna manera transmito ese mensaje y mi familia lo entenderá de esa manera, cuidando mi salud puedo aportar mas, con mi trabajo, con mi esfuerzo, con el hombre que me hizo mi familia y mi país.

Así que, para que depresión, carajo, si tenemos esto que se llama vida. Y aunque por dentro estemos jodidamente podridos, siempre necesitaremos salir de ese foso y recordar que tenemos hijos, padres, hermanos o cualquier familiar que te dedico su amor, cariño y su tiempo y algunas monedas que en aquel entonces compraron algo que hizo parte de tu felicidad. Por ellos, por nosotros, por lo que fue, por lo que pudo ser, y por lo que será, el único camino de aquellos que hoy la historia los recuerda por sus éxitos, todos concuerdan que la clave para el mismo, es el fracaso que tuvieron antes de llegar al éxito. Y es lo que tenemos que buscar.

Viva Venezuela
Atilio Palma

Comentarios

Entradas populares